El cambio climático no es un problema del futuro, y se está convirtiendo en algo irreversible
Debatir cómo el cambio climático ha afectado al sector agroalimentario
El cambio climático se ha convertido en una nueva realidad, con condiciones meteorológicas adversas en todo el mundo y numerosos informes que hablan sobre cosechas dañadas y estresadas. Las cadenas de suministro agroalimentarias son muy sensibles a las condiciones climáticas y meteorológicas; su eficiencia depende en gran medida de la tierra, el agua y los recursos naturales que pueden provocar cambios en la productividad agrícola. En 2023, el 71% de las explotaciones agrícolas de 8 países se verán afectadas por el cambio climático. La crisis climática interrumpe la cadena de suministro de alimentos, lo que conduce a volúmenes de producción limitados y fluctuaciones de precios de varios productos básicos y pone de relieve la necesidad de actuar para garantizar un futuro viable.
La crisis comienza en el campo
Tal y como hemos mencionado en nuestros posts, el mal tiempo ha afectado considerablemente a las cosechas en varias regiones productoras. A medida que las condiciones meteorológicas extremas se hacen más frecuentes, el impacto en la agricultura se agrava; el producto número uno de la cuenca mediterránea, el aceite de oliva, se ha visto gravemente afectado por la sequía de los dos últimos años. Los olivares no han recibido el agua suficiente, lo que ha disminuido su rendimiento y la producción. La escasez de aceite de oliva también ha afectado a los consumidores, que han visto cómo los precios subían considerablemente, convirtiendo el producto básico de la dieta mediterránea en un producto de lujo en cuanto a precio.
El cambio climático también afecta a la calidad del suelo y del agua, haciéndolos inadecuados para la producción de alimentos. Pierden su valor nutritivo o pueden poner en peligro la seguridad alimentaria. Además, las altas temperaturas crean un entorno favorable para el crecimiento de plagas y enfermedades. Aunque el aumento de los niveles de CO2 puede favorecer el crecimiento de las plantas, también disminuye el valor nutritivo de la mayoría de los cultivos alimentarios. Las mayores concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera reducen las cantidades de proteínas y minerales esenciales en muchas especies vegetales.
La salud pública en peligro
La inadecuación de ciertos productos para el consumo humano debido a enfermedades transmitidas por el suelo y a rendimientos de producción limitados puede crear una crisis de salud pública importante. En los países donde la principal fuente de riego es la lluvia, las precipitaciones extremas seguidas de inundaciones pueden provocar que las cosechas se contaminen con enfermedades que se transmirirán por los alimentos. La producción limitada también podría ser la causa de algunos fraudes alimentarios, como está ocurriendo en el sector del aceite de oliva. Según la Comisión Europea, durante el invierno de 2023-2024, son muchas las empresas que han sido acusadas de adulterar el aceite de oliva y de etiquetarlo incorrectamente para aprovecharse de los altos precios del mercado.
Observando con más detalle la cadena de suministro alimentaria
La alteración de la logística de la cadena de suministro es también una preocupación importante, ya que el cambio climático crea problemas de transporte, almacenamiento e instalaciones. Se prevé que estos problemas empeoren, afectando a la entrega puntual y eficiente de los productos agrícolas. En cuanto a los productos frescos, su mayor sensibilidad en los procesos posteriores a la cosecha los hace vulnerables al impacto del cambio climático. También afecta a los costes de los insumos y a los precios de mercado, y las respuestas del rendimiento de los cultivos varían según los patrones de distribución espacial, con posibles consecuencias económicas.
Hace poco, Europa del Este informó de los daños sufridos por los cultivos de girasol a causa de la ola de calor. Las altas temperaturas han afectado a los niveles de agua de los cultivos, provocando cosechas prematuras y niveles insuficientes de aceite en las semillas debido a la sequía. La preocupación por la próxima cosecha ya ha afectado al mercado, que se ha visto traducido en un aumento rápido de los precios.
¿Cómo nos adaptamos al cambio climático?
En 2020, los sistemas agroalimentarios fueron responsables del 31% de las emisiones totales de la UE. De ellas, cerca del 48% procedían de actividades realizadas en las explotaciones, otro 48% de actividades previas y posteriores a la producción y un 4% se atribuía al cambio en el uso del suelo. Dado que el sector agrario influye en la crisis climática y se ve afectado por ella, es importante adaptarse y tomar medidas para eliminar su huella ambiental. Los agricultores del campo se están adaptando a los nuevos retos para mantener una producción fuerte, cultivando variedades que requieren menos agua y son más resistentes al calor y las enfermedades.
Esto subraya la importancia de proporcionar libre acceso a la información sobre métodos agrícolas sostenibles y mejores prácticas para proteger la salud pública y los medios de subsistencia. Además, todo el mundo necesita mejorar sus conocimientos mediante cursos sobre agricultura sostenible y seguridad alimentaria para competir eficazmente en el mercado.
En Wikifarmer, estamos comprometidos para proporcionar a los agricultores un sistema de apoyo de conocimientos sólido y aptitudes para satisfacer las necesidades actuales y mejorar sus actividades empresariales. Nuestros proveedores y productos cumplen las normas sanitarias y de calidad requeridas. Estamos comprometidos para construir una cadena de valor sostenible en la industria agroalimentaria. Las empresas agroalimentarias ya se están adaptando, desarrollando sistemas para reducir las emisiones en la producción, el transporte y el almacenamiento de alimentos, promoviendo así una cadena de suministro de alimentos más sostenible.